Braseros

Funcionamiento de un brasero

Antaño, existían los braseros de carbón y los braseros de gas. Hoy en día, la alternativa más común son los braseros eléctricos, que, si bien conservan un aspecto exterior similar (un recipiente en el que se sitúa la fuente de calor y una tapa con agujeros o hendiduras que permiten la salida del calor), estos más modernos generan calor gracias a una resistencia eléctrica fabricada normalmente en acero que ofrece un calor limpio y está protegida por un blindaje.
Habitualmente, los braseros eléctricos se colocan debajo de mesas o mesillas para calentar las piernas o los pies de forma focalizada. Algunos modelos de brasero con termostato también te permiten regular la temperatura, para que puedas ajustar el funcionamiento a tus necesidades con total libertad.
No obstante, también existen braseros para exterior, de forma que puedes utilizar este tipo de electrodomésticos para calentarte mientras estás en tu jardín o balcón. En cualquier caso, un brasero de mesa puede resultar muy útil a la hora de incrementar tu sensación de bienestar en cualquier lugar de tu vivienda.
Hacer funcionar un brasero eléctrico es sencillo, solo debes conectarlo a la corriente eléctrica y encenderlo. Debes tener en cuenta que las resistencias tardarán un poco en alcanzar la temperatura deseada, y que, una vez apagado, se mantendrá durante un tiempo un calor residual (tendrás que tener cuidado de no quemarte si tocas la superficie de tu brasero, pero también disfrutarás de un extra de calor sin consumir electricidad).